martes, 31 de marzo de 2009

Taramundi, el fotogénico



Frío, lluvia, viento, un ritmo endiablado, piso deslizante, una subida que se hacía durísima y una bajada que era incluso peor. Y todo esto por unos paisajes preciosos. Lógicamente, mi aparato respiratorio no aguantó toda esta tralla. Y al día siguiente, como es lógico, no corrí en Taramundi.

Una jornada dantesca de segundo nivel como la que tuve la oportunidad de disfrutar a tope el sábado en Trubia (¡¡terminé una etapa del Tarangu!!), no me dejó disfrutar el domingo de una jornada dantesca de primer nivel, ya fuera en Taramundi o en San Claudio.

La primera es la que aquí nos atañe. Aunque pueda parecer sorprendente, multitud de valientes se atrevieron a tomar parte en esta durísima y preciosa prueba de BTT maratón. Entre todos ellos varios se destacaron por encima de los demás a mi modo de ver:

  • Por supuesto, el señor organizador, Manuel CArrelo Murias, "Nenón", que bajó de las tres horas y venció con nueve minutos sobre el segundo clasificado, dando en todo momento sensación de facilidad en su pedaleo, amén de un profundo conocimiento del terreno forjado en años de entrenamiento por esos montes. ¡Chapeau!
  • Su homóloga femenina fue la gallega Isabel Castro. Consiguió llegar la 39ª en la general, metiéndole a su más inmediata perseguidora más de 40 minutos. Lleva unos años erigiéndose como una de las más duras ciclistas de nuestro país, con grandes actuaciones tanto en ciclocross como en BTT. Artículo sobre ella tras los nacionales de ciclocross de 2008.
  • Siguiendo con triunfadores, Jairo Álvarez hizo lo propio en sub 23. Fue el único que terminó, eso es cierto. Pero también fue el único que aguantó la rueda de Carrelo durante parte de la prueba, y hasta que se perdió llegando al precioso pueblo de As Veigas, no dejó que el hueco entre ellos ascendiera por encima de los cinco minutos. Durante su travesía por el monte de Taramundi Iván Díaz lo superó. Un élite. Uno de los mejores élites de Asturias. Nadie más. No olvidemos que todavía le quedan otros dos años en la categoría de plata, y que es un recién llegado a este deporte. Dejo ahí la reflexión...
  • El 4º de la carrera, primer máster 30, fue el naviego Rubén Rodríguez. Tras años de pelear las victorias a nivel regional y nacional en ciclocross y carretera, este año le picó el gusanillo de las ruedas gordas, y como se puede comprobar con tanto éxito como acostumbra. Sin duda una gran noticia.
  • Todos los demás se merecen un reconocimiento: los que ganaron en otras categorías, los que terminaron decepcionados, los que pincharon dos veces y tuvieron que bajarse, los que pincharon a tres de meta, arreglaron y siguieron; las dos valientes que completaron el podio (Merche Bueres y Rosa Coelho), los que no pudieron lucirse cerca de casa (Edrosa, Huesque...), los que dieron vuelta al ver la nieve... Todos los que en una gélida mañana de domingo se acercaron al paraíso para darse un paseo por el infierno.

























viernes, 6 de marzo de 2009

Lugones, no me toques los... cataplines.




Era mi primer año de ciclocross. Ni preparación específica, ni objetivos de ningún tipo, ni planificación... lo que se llama correr por simple disfrute. Llegó la carrera de Lugones. El circuito mítico lleno de barro y curvas deslizantes. Y fue la peor carrera de la temporada. 

Año 2. Un poco más de seriedad. Leve mejora técnica y gran mejora de fuerzas, aunque Aitor comenzó repetinamente a volar a lomos de su Marin. Quitando la primera carrera de la temporada, en La Pixarra, en ningún momento se vio una sensación de superioridad por mi parte. Para más inri, éramos compañeros de equipo de nuevo, pero esta vez en el Danima-Mazda de Walker. En un año pasé de la peor carrera de la temporada a mi primera (y de momento única) victoria en ciclocross.

Cinco fotos de ese gran día de ciclocross:


Carlos Martín, 3º sub23
Podium cadete con Pablo Trabadelo (yo) ganador a la izquierda, Aitor Graña con su hermano Javi, 2º, en el centro; y Diego Álvarez, 3º. Como se puede observar, éramos rubiazas por aquel entonces.



Comienza mi tercer año en esta disciplina, el primero como junior, y en el calendario no aparecen ni La Pixarra ni Lugones, los dos circuitos que mejor me habían ido el año anterior.

Este año ocurrió lo mismo, solo que ya no nos pilló de sorpresa. Y, de golpe, dos rumores (¡No se hace Pola de Laviana! ¡Se pasa Proaza para el 20! ¡Igual no se hace Proaza!) y nos plantamos con dos carreras en Lugones. La de este año y la que debería haber habido el anterior. ¡Toma ya!

La primera de ellas se disputó en una friísima mañana de 30 de noviembre, año 2008 y olé.

El circuito era el de siempre, el barro, ante la falta de uso, era más sutil, es decir, más "ponteverticalquenoagarra" que "aquínohayDiosqueande". Barro derrapante, para entendernos.

No pensaba en rememorar viejos tiempos, y menos viendo por una parte el tipo de barro, no muy favorable a mis características de pésimo trazador y gran ensuciador de ropa; y por otra el nivel de forma de "un tal" Aitor Graña, con piernas casi divinas desde mediados de noviembre, concretamente desde la carrera de Luanco.

Salí fuerte, pero no pude evitar que el de Pendía se escapara bastante pronto. Llegó a pasarme Alberto Lucas, pero pronto lo alcancé. Arreón mío, arreón mío, caída suya, arreón mío, caída espectacular mía contra el único árbol que había en todo el circuito, arreón mío... Hasta que a falta de dos vueltas me fui. Entré en meta muy contento (desde Valladolid no había vuelto a andar mejor que Alberto) con medio minuto sobre él, a un minuto de Aitor.

Fotos:





























En la segunda ni el barro ni el frío eran iguales. De hecho, no necesité apenas ropa larga para calentar. Estaba más seco, pero algunas curvas resultaban endiabladamente complicadas de trazar, además de algún tramo remodelado que se hacía también duro.

Sinceramente, estoy casi seguro de que fue mi peor salida de la temporada. El que no salió mal fue Aitor, que sin embargo sólo duró en cabeza unos 300 metros, pues una caída en la 4ª curva terminó con él enfurruñadillo y la patilla de su cuadro levemente separada de él. Largo pateo hasta el box y 5º puesto final para él, que acabó por orgullo, por los puntos de la challenge y, obviamente, por los 20€ que le correspondieron.

Así que a partir de esa 4ª curva la carrera fue un paseo para el que iba a rueda de Aitor, Alberto Lucas. Nueva victoria tras la de La Tenderina dos semanas antes.

Yo tardé casi una vuelta en llegar al segundo puesto, Alberto ya no aparecía, navegando entre el resbaladizo barro como el grandísimo equilibrista que es. Tiré con más fe e ímpetu momentáneo que posibilidades reales, y sólo conseguí despegar a Jorge Blanco en pequeños tramos. Fuimos juntos casi toda la carrera, hasta que un fallo técnico mío le dejó el segundo puesto en bandeja.

Al final, tercer puesto tras dejarme ir el último cuarto de la última vuelta, de charla con Jose Luis, algo decepcionado. Sigo con mi tradición dualista en este circuito: mala carrera, buena carrera, buena carrera, mala carrera. 

Excusa del día: probablemente jugar un torneo de fútbol sala el día anterior a una carrera no haga bien... Supongo que son cosas que se van aprendiendo así, a palos...