Diálogo de esta foto:
-¡Paso, por favor!
-¡Venga!
-¡Gracias!
Por esto preferimos el ciclocross.
Valladolid, domingo 26 de octubre de 2008. Algo comenzó ese día, con continuos saltos de cadena que no me permitieron superar el 19º puesto final, cuando estaba perfectamente a mi alcance el acercarme al top 10.
Esa racha negativa tuvo su cénit, tras enfermedades estomacales y el fallo arbitral de Las Regueras, posteriormente subsanado; el sábado 22 de noviembre en el embarrado circuito de Culleredo, en la segunda puntuable para la Copa de España.
El circuito no era de mi estilo, con demasiada exigencia técnica por culpa del barro en muchas curvas. Además, no estaban siendo los mejores días de mi vida, con problemas extradeportivos que me descentraron del entrenamiento durante toda la semana. Calentando pinché una rueda, ya estaba avisado...
No obstante, pase lo que pase hay que intentarlo. Siempre, aunque cueste. Aunque todas las constelaciones estén en contra.
La carrera empezó mal desde la misma salida. Las dos primeras filas estaban ocupadas por los corredores que puntuaron en Valladolid, justo el lugar donde debería estar yo de no haber mediado los problemas mecánicos. Me posicioné en tercera fila. Las dos filas de delante, salvo unas pocas honradas excepciones, se aprovecharon de la ineptitud arbitral para realizar una salida falsa. Los que pusimos el pie en el suelo pagamos las consecuencias.
No pasa nada, si hay que remontar se remonta. No llevaba ni medio circuito cuando, en la curva de 90º a izquierdas al lado del campo, la que estaba peraltada; me pasé de vueltas y sufrí una caída bastante aparatosa, aunque sin consecuencias.
Bueno, sí, otros cinco corredores a los que superar.
Seguí remontando, sin que nadie me siguiera, hasta que llegué a la rueda del madrileño Daniel Clemares. Seguimos juntos, adelantando a bastantes corredores.
Yo ya iba sintiendo cosas raras al pedalear. A falta de vuelta y media tuve que cambiar de bici (gracias a Darío que me dejó la suya en el box) porque a mi biela poco le faltaba para caerse. Supongo que perdería la tapa en la caída.
Menos de medio kilómetro después volví a caerme, esta vez por culpa de John Luck, marca navarra de zapatillas totalmente incapaz de construir una suela en garantías. El hierro al que va enganchada la cala carcomió la suela de la zapatilla, permitiendo a la cala dar la vuelta entera sin salirse del pedal.
Ahí terminó mi carrera de Culleredo. Descalzo hasta el box para devolverle la bici a Darío y coger la mía. Tuve suerte de que uno de los tornillos por fin se soltó y pude calzarme...
La victoria fue para Íñigo Gómez por delante de un Míkel Elorza recién llegado de Bélgica y de un súper motivado Óscar Martínez, corriendo en casa.
Participaron otros dos asturianos. Aitor Graña se las prometía muy felices, rodando casi en cabeza, hasta que su sillín se rompió y pinchó una rueda. Respecto a Alberto Lucas, estaba encontrándose sin chispa en carrera, cuando reventó uno de los tubulares que estaba estrenando.
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