jueves, 2 de octubre de 2008

Yes I'm back!



Vuelvo a escribir tras un impasse veraniego sin mucho que contar y con pocas ganas de contar lo que había.

Un resumen así por alto podría hablar sobre un domingo 13 de julio en el que gané mi primera carrera de BTT en Loroñe, con una actuación sobresaliente sobre todo en los tramos técnicos y descendentes que me sorprendió muy gratamente. Y con una botella de sidra acampanada como premio.


También podría citar brevemente mi debut en una prueba de BTT maratón, el de La Ferrería, con una organización que envidiaría el mejor Mundial de la historia. Un debut agridulce, por cierto, ya que a los buenos momentos pasados antes de la carrera con “Nenón” y el “Huesque”, durante ella yendo líder en mi categoría y con buenas sensaciones; y tras ella disfrutando de la victoria de Manuel Carrelo “Nenón” y del ambiente, conversación con el ilustre ganador Unai Yus en las duchas incluida; hay que añadirles el siempre duro trago de tener que abandonar una carrera por una rotura mecánica (en este caso la patilla) cuando tenía la victoria a mi alcance.

Podría también, por qué no, resumir la preparación de cara a mi gran objetivo del año, hacer un top 10 en los Campeonatos estatales de ciclocross a celebrar en Valladolid el domingo 18 de enero; a lo largo de los tres meses veraniegos de julio, agosto y septiembre, en los que entre excursiones, carreras y otras actividades varias de ocio activo mi nivel de forma fue subiendo poco a poco para encontrarme en estos momentos con suficientes fuerzas para afrontar una campaña invernal que se prevé durísima.

Podría versar también este reencuentro con mi queridísimo blog sobre otro reencuentro, este con las competiciones de carretera, en el circuito Ribadense el mismo día que Alberto Contador inscribía su nombre en la ya cima mítica del Angliru. Las siete vueltas en carrera que aguanté de las veinte previstas fueron una demostración de que la inactividad no perdona, pues once meses sin correr me habían hecho olvidar el peligro que suponen los cortes en el pelotón en los tramos revirados…


Sería conveniente recoger aquí también el resto de competiciones en las que tomé parte en esos últimos días de este gran verano. La primera fue el sábado 6 en el Open BTT Cristo del Agua en Lieres. Pese a tener muchos problemas con la cadena recién puesta que casi me impiden tomar la salida y a tener que retirarme por un pinchazo nada más traspasar el ecuador de la prueba, las sensaciones fueron tremendas y me marché de allí con una sonrisa en la cara.


Al día siguiente, domingo 7,pude por fin tomar la salida en la cicloturista de Vegadeo. Lo cierto es que nunca había sufrido tanto subiendo La Garganta, pero sin duda una experiencia a repetir. El siguiente domingo, 14, tomé parte en la primera prueba de la Liga de Orientación Castropol 2008, en Anleo. Simplemente una mañana de relajado paseo por el monte en compañía de mi amigo Alberto y su compañero Rodolfo. Para el que le interese, hicimos el penúltimo mejor tiempo.


Pero lo cierto es que no voy a hablaros de todo eso, pues lo que interesa ahora es mirar hacia el futuro. Ese futuro que tiene su preámbulo el próximo sábado en la Avenida Ramón Ferreiro de Lugo, donde muchos despedirán la temporada corriendo el GP San Froilán, justo mientras yo le esté dando una calurosa bienvenida.


Y después empieza el verdadero futuro, el esperado, el anhelado, para el que me he estado preparando tanto tiempo. El glorioso, o eso espero.


Y ese futuro es marrón. Marrón del barro que me empapará hasta las orejas.


Es blanco. Blanco de la escarcha que cubrirá por última vez los prados del barrio ovetense de la Tenderina en una fría mañana de diciembre.


Es rojo. Rojo de la sangre que dejaré tras de mí si es necesario, del precio que seguro pagaré en alguna ocasión por pasearme una vez tras otra en el delgado y traidor filo del riesgo.


Es verde. Verde de las campas valencianas por donde antes circulaban las aguas del río Turia. Verde del tinte que quizás dibuje un “trece” en mi cabeza.


Es negro. Negro del carbón que extraían los mineros en Sama de Langreo.


Es gris. Gris y pesado, como el pedrusco que premia a los que hayan salido vencedores en la batalla que se presentará en el paseo fluvial de Pola de Laviana.


Es azul. Azul de las aguas de la ría de Navia.


Es amarillo. Amarillo de la fina arena que mora en la misma orilla del Ebro a su paso por Villarcayo de Merindad de Castilla La Vieja.


Y es tantos otros colores, olores, sabores, sonidos, personas, lugares, banderas, podios, autobuses, hoteles, canciones, gritos, maillots, remolques, extintores, purés, ascensores… Es tantas cosas que es imposible recordarlas aquí todas.


Sin más, gracias por leerme.


Yes I’m back. Back in white and black.


Nos vemos en el barro.


Traba.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, debo de ser el único que me va bien el enlace.

Me gusta el juego que haces con los colores.

Se puede añadir el naranja, de la selección holandesa que nos pasará por encima en las internacionales

El morado, que será el color que cogerá nuestra piel los días de frio después de las carreras.

Y algún color más por clasificar, alguno por inventar, ése que no se quitará de la ropa ni tras más de mil lavados.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola,
Muy wapo el blog, y muy original lo de los colores, yo también empiezo mañana en San Froilán la temporada, afilando los cuchillos ya, jeje. 1saludo

Anónimo dijo...

Joder Traba que poeta me salistes !!
Venga te vere en el barro pero desde la orilla jejje . Saludos y espero que des fe de ese top 10 en valladold.